Maiker Pérez es un migrante venezolano que forma parte de la comunidad Lgbtiq+, pero más allá de formar parte de una población que ha sido discriminada por años, su identidad aún se mantiene intacta lejos de su terruño, hoy en día, viviendo una realidad resiliente, llena de aciertos y desaciertos en el departamento de La Guajira, Colombia, desde diciembre de 2017.

Autodefinirse o dejar que lo definieran fue quizás la interrogante más contrastante que vivió Maiker Pérez, quien en la actualidad se identifica como homosexual, “su salida de clóset” fue hace 7 años en el municipio de Cabimas, en su natal estado Zulia, Venezuela. Su vida, como la de cualquier otro zuliano, transcurrió en medio de la bonanza venezolana que llegó a su fin por la crisis económica, política y social, esto pausó las metas de Pérez quien se enfrentó a un nuevo desafío de vida y empezó a formar parte de las cifras del éxodo de migrantes de venezolanos que hacen vida en Colombia.

La nostalgia del adiós embargó a Pérez a mediados de diciembre del 2017, cuando la crisis económica de Venezuela empezó a golpearlo bruscamente y pronto decidió armar sus maletas llena de sueños pendientes y viajar a tierras colombianas. Su verdad se asemeja a las de sus compatriotas, porque con mucho esfuerzo y pocos recursos monetarios, llegó a la ciudad de Riohacha, capital del departamento de La Guajira.

Maiker Antonio Pérez Torres, un joven de 25 años, quien estudiaba el séptimo semestre de la carrera de medicina en la Universidad de la Ciencias de la Salud del Zulia, emprendió su ‘vuelo’ con mucha incertidumbre, pero contó con la ayuda de conocidos y amigos, quienes le brindaron posada en Riohacha, capital del departamento de La Guajira, Colombia. Con el paso de los días desde su llegada, se enfrentó a un primer reto: establecer su situación económica con un empleo rápido que lo sustentara los primeros meses.

Liderazgo con diversidad

A lo largo de los años, junio ha sido reconocido por ser el mes del orgullo de la comunidad Lgbtiq+ a nivel internacional, por lo que desde el intercambio cultural entre Venezuela y Colombia con el fenómeno migratorio, no deja de ser una retrospectiva para quienes integran la diversidad, pero ¿cuál es la incidencia de estas fechas para un migrante homosexual?

“Fueron días muy difíciles porque fui discriminado por mi nacionalidad y bajo esta condición las empresas no me querían dar la oportunidad de un trabajo, hasta que encontré a unas personas que me abrieron las puertas en un salón de belleza para laborar como barbero”, señaló Pérez, en medio del optimismo y la ventaja de sacarle provecho a sus conocimientos de estilista.
“Sí, también soy peluquero. Es una habilidad que tengo y se me hace muy fácil”, explicó entre risas Maiker, al referirse al oficio que lo ha mantenido en territorio costeño.

Aunque confesó que no todo fue color de rosa en su primer empleo, porque los horarios eran extenuantes y el incentivo salario era bastante bajo, sin embargo siempre mantuvo una actitud positiva que le permitió no perder de vista uno de sus objetivos: ayudar a su hermana Mayquelis a migrar, quien, al igual que él, también es homosexual.

Desde el grupo multisectorial Vida de Colores del proyecto #TúPuedesSerMás de la ASOCIACIÓN SALTO ÁNGEL, con el auspicio de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y ACDI-VOCA, se vienen realizando acciones para el desarrollo de la comunidad migrante en Colombia específicamente en La Guajira, donde le permitan a la población receptora y de acogida, brindarle un mejor desenvolvimiento del ser. Esta plataforma le ha permitido a Pérez desenvolverse como líder comunitario y portavoz de la comunidad sexo-diversa, en donde ha llevado un mensaje de igualdad, tolerancia y respeto.

“Estamos en una sociedad ruda y esas percepciones que tienen sobre nosotros los gays deben corregirse, porque estamos cambiando la visión. Además de que somos seres humanos, somos personas capaces de desenvolvernos en cualquier área del saber”, puntualizó Pérez, al tiempo que resaltó que en la actualidad su estado económico ha cambiado para mejor porque posee su propio salón de belleza, además de que estudia enfermería en un instituto técnico en Riohacha que recibe a venezolanos y por las noches, le dedica el tiempo en apoyar a su hermana Mayquelis con un emprendimiento de comida rápida.

María Alejandra Pérez Carbonó / Comunicación Asangel